Las moscas: peligrosos enemigos del ganado.
Probablemente ninguna actividad como la ganadera, especialmente el tambo, origine condiciones tan favorables para la proliferación de toda clase de moscas. Sobre todo en los meses estivales, estos insectos constituyen una verdadera amenaza para la salud humana, sanidad del ganado, calidad de la leche, etc., con las consiguientes pérdidas económicas.
Numerosas especies pululan en los establecimientos ganaderos, particularmente donde se produce hacinamiento de animales, pudiéndose encontrar desde la conocida mosca doméstica hasta la ura, presente en algunas zonas del norte del país.
Estos insectos irritan al ganado, le extraen sangre y le transmiten enfermedades. Además de la mosca doméstica, son muy comunes las moscas carnarias que frecuentan las heridas y oroficios naturales de los animales vivos o de los cadáveres, originando la miasis o "gusaneras". También se encuentran las que se alimentan de sangre, como los tábanos y moscas bravas y, además, otras especies más raras que actúan como parásitos internos.
La mosca doméstica prolifera rápidamente con tiempo templado y caluroso, desarrollando su fase larval sobre cualquier materia orgánica en descomposición (basuras, estiércol, forrajes y pajas húmedas fermentadas, etc.). Vive de 6 semanas a 4 meses y, en 40 días, una pareja de moscas, teóricamente, puede dar una descendencia de 12 millones de individuos.
Es una especie lamedora, pero su cuerpo puede vehiculizar casi cualquier tipo de enfermedad infecciosa humana y animal, contaminando además, toda clase de alimentos (especialmente la leche) y se constituye en un activo transmisor de la mastitis.
En los establecimientos tamberos, los adultos se combaten, entre otras medidas, por medio de cebos tóxicos o pinturas especiales que contienen insecticidas en su formulación. También pueden usarse insecticidas que se aplican en los locales por medio de pulverizaciones y/o aerosoles.
Las miasis (bicheras, gusaneras, etc,) son producidas por diversas especies de moscas, generalmente de colores metálicos tornasolados: azul, dorado, verdeamarillento, etc.- Para cumplir su ciclo biológico requieren poner los huevos sobre cualquier tipo de carne, de la cual se alimentarán luego las larvas, haciéndolo habitualmente en toda clase de heridas, en especial en las infectadas y anfractuosas. También prefieren las aberturas naturales ya sea de animales vivos o muertos.
Un ombligo descuidado en los terneros recién nacidos, los genitales sucios de las madres, así como todas las heridas producidas durante las prácticas de castración de los machos, descornamiento, etc., son lugares frecuentes donde estas moscas depositan sus huevos, si no se toman los cuidados del caso. El corte, cura y desinfección del cordón umbilical de los terneros es una práctica indispensable que evita bicheras y muchas infecciones, como ser neumoenteritis, tétanos, peritonitis, etc.- Las castraciones, descornamientos y otras prácticas, deberán efectuarse con tiempo fresco.
El tratamiento de las miasis consiste en la utilización de productos (pastas, líquidos y aerosoles) en base a insecticidas especiales, combinado con germicidas y cicatrizantes que resultan muy eficientes contra esta parasitosis. La profilaxis consiste en evitar la proliferación de las moscas, manteniendo la higiene de las instalaciones, del animal y sus heridas y eliminando del campo todo aquello que pudiera causarlas (alambres y tranqueras rotas, arbustos espinosos, etc.).
Los tábanos y moscas bravas son dos plagas que originan grandes molestias y daños aún en las zonas frías. A estos insectos chupadores de sangre se les atribuye ser transmisores de graves enfermedades como el carbunclo bacteriano (ántrax) y de la anaplasmosis, uno de los agentes de la tristeza bovina.
Los tábanos son moscas grandes de cuerpo pesado, aunque de vuelo rápido. Su coloración es grisácea, negra o marrón y con ojos voluminosos, a veces brillantes. Se posan sobre el ganado durante el día, en las partes altas del animal (cabeza, cuello, grupa, anca) para picar y succionar sangre. La fase larval pasa el invierno en charcos, pantanos, cañadas y áreas de tierra permanentemente húmeda. La lucha contra los tábanos se realiza en forma muy similar a la de los mosquitos, evitando la formación de charcos y/o pantanos y procediendo al tratamiento de los mismo. En este caso los cebos tóxicos no dan resultados.
Las moscas bravas son generalmente de igual tamaño o menores que la mosca doméstica. Pasan sus etapas de larva y pupa en la materia orgánica en descomposición, alrededor de los lugares de concentración del ganado. Una de las moscas más dañinas es la mosca brava de los establos, de menor tamaño que la doméstica, que pica especialmente las ubres y patas del animal o partes bajas en general, extrayendo mucha sangre por el número de individuos que actúan simultáneamente. La picadura de esta mosca es muy dolorosa y mantiene a los animales muy inquietos, los que pierden peso y disminuyen su producción.
Para el control de estos insectos, en la actualidad, se utilizan repelentes, productos sobre la base de piretrinas sinergizadas que se aplican periódicamente sobre los animales adultos y que además matan a otros insectos (mosquitos, piojos, pulgas, garrapatas, etc.). Para casos especiales, como la ura, se utilizan insecticidas sistémicos que se incorporan al cuerpo del animal.
La profilaxis para todas las moscas en general, se basa en el mantenimiento de una limpieza e higiene rigurosa de instalaciones, utensilios y animales, destruyendo o poniendo fuera de su alcance cualquier basura o residuo orgánico.
El control químico de estos insectos se realiza con diversos tipos de insecticidas, los que deberán estar autorizados por el SENASA, y en relación a las instalaciones, tipo de animales, etc. Deberá utilizarse con el correspondiente asesoramiento veterinario y teniendo en cuenta las instrucciones que figuran en el rótulo de los envases.
Fuente: basado en un artículo del Diario La Nación, Suplemento Rural, año 1978.