Prevención de residuos de fitosanitarios en cereales y oleaginosas: produzcamos alimentos sanos.
El mundo se orienta hacia el uso de las
buenas prácticas agrícolas y ello está directamente relacionado con un manejo responsable de los productos fitosanitarios. Gran parte de esa tendencia la marcan actualmente los países consumidores, cada día más exigentes en la detección de límites máximos de residuos de fitosanitarios utilizados en el campo o en el almacenamiento.
Argentina, como uno de los grandes proveedores de alimentos del mundo, debe afianzar esta tendencia usando adecuadamente los fitosanitarios específicos para cada producto, a fin de mantener la reconocida calidad internacional de sus granos. Los granos que producimos en nuestro país son la base de nuestra alimentación y de muchos otros habitantes del planeta. El mal uso de fitosanitarios no sólo puede afectar la salud, sino también nuestro futuro como proveedor de granos: si los granos contienen residuos que afectan la salud, no son un alimento.
Las exigencias en materia de sanidad e inocuidad alimentaria son crecientes a nivel mundial y uno de los elementos centrales consiste el la disminución de los niveles de residuos de productos fitosanitarios en alimentos. Entre los países más exigentes están nuestros principales compradores de granos y subproductos.
En las últimas campañas agrícolas se detectaron algunas partidas de granos con niveles de residuos de fitosanitarios que superaron los niveles actualmente permitidos. Este exceso de residuos se puede deber al uso de dosis mayores a las permitidas, a aplicaciones superpuestas o a tratamientos realizados en fechas muy próximas a la entrega de los granos.
Productores, acopiadores, plantas receptoras y cooperativas, deben tomar conciencia de que el uso racional de fitosanitarios es una necesidad impostergable para defender la salud de los consumidores y para evitar problemas comerciales de consecuencias negativas para todos.
Por las razones anteriormente mencionadas, es recomendable tener en cuenta las siguientes premisas:
-Utilizar responsablemente los productos fitosanitarios mejora la calidad de nuestros granos y asegura nuestras exportaciones.
-Las buenas prácticas agrícolas son la garantía de un uso adecuado de fitosanitarios.
-Aplicar únicamente fitosanitarios registrados y autorizados específicamente para cada producto por el SENASA.
-Leer atentamente las indicaciones de las etiquetas de los agroquímicos usados.
-Aplicar las dosis recomendadas en los momentos adecuados. Respetar los tiempos de carencia de cada producto, despachando la mercadería luego de cumplido el tiempo recomendado entre la aplicación y la entrega.
-Solicitar asesoramiento a profesionales (ingeniero agrónomo) especializados.
Con respecto a los granos almacenados, se recomienda:
-Utilizar únicamente productos registrados y habilitados por el SENASA, específicos para cada grano.
-Mantener las instalaciones de acopio libres de insectos, malezas y roedores.
-En instalaciones vacías, realizar tratamientos según grado de infestación, utilizando una mezcla de insecticidas con poder de volteo y con acción residual.
-Registrar y examinar la mercadería al entrar al acopio y, si es necesario, controlar los insectos mediante las diferentes técnicas de aplicación de fosfinas (gas generado por el fosfuro de aluminio o magnesio).
-Revisar periódicamente el estado sanitario de la mercadería almacenada.
-Realizar tratamientos que aseguren la ausencia de residuos sobre la mercadería.
-Recurrir al asesoramiento de un ingeniero agrónomo especializado.
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