CONTROL DE PULGONES EN CEREALES.
El pulgón verde de los cereales es una de las plagas más comunes del sorgo. Aparece, por lo general, en cantidad apreciable, durante el panojado, en el envés de las hojas de abajo y progresando hacia las de arriba.
Se trata de un áfido con saliva tóxica que mata los tejidos en los cuales es inyectada. La muerte de los tejidos atacados, amén de incidir negativamente en los rendimientos, posibilita la entrada de los hongos, presentes en el ambiente, y en conjunto ocasionan el vuelco de las plantas haciendo imposible su cosecha.
Hoy en día existen híbridos que toleran la acción del pulgón verde y soportan un mayor grado de infestación para un mismo daño. En los susceptibles, al verse la primera hoja de abajo muerta por la acción del pulgón verde, deberán ser tratados con los insecticidas recomendados pues de lo contrario el rendimiento será afectado seriamente. Los híbridos tolerantes soportarán mayormente la acción del pulgón verde, y es posible no tener necesidad de aplicar insecticidas.
Estas consideraciones se aplican a los sistemas convencionales de producción. En sistemas de siembra directa, su presencia se ve reducida. El pulgón verde es atraído para su descenso, por superficies opacas, como suelos trabajados, y que por el contrario su descenso se ve entorpecido en superficies que reflejan, como las cubiertas de paja. Asimismo, y por el mismo efecto de reflejar más los rayos solares, una mayor y más rápida cobertura del suelo, por mayor densidad de plantas y acortamiento de la distancia entre surcos, ayuda a disminuir el número de pulgones verdes que pueden aterrizar sobre el cultivo. Del mismo modo, la intersiembra de soja con sorgo, sería una barrera más para la dilución de esta plaga, ya que la soja actuaría como barrera para el ascenso del pulgón dentro del cultivo de sorgo.
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Defensa contra el ataque de pulgones en trigo y cereales forrajeros.
Los pulgones atacan a su manera: pueden succionar la savia de los vegetales o transmitir virus que afectan los cultivos. Tienen distintos nombres pero todos golpean por igual: contagian el virus del enanismo amarillo de la cebada, según señala un trabajo elaborado por José María Imwinkelried, del INTA, difundido por Aapresid.
Pulgón verde de los cereales.
Atacan al trigo desde su nacimiento hasta la encañazón y se ubican en el envés de las hojas. Los mayores daños se observan durante las dos semanas posteriores a la emergencia de las plántulas. Por eso se aconseja el uso de insecticidas sistémicos aplicados a la semilla. En estado de emergencia hasta los 15 días tienen un umbral de daño de 3 a 5 pulgones por planta. Luego de los 15 días, 15 pulgones por planta.
Pulgón amarillo de los cereales.
Generalmente aparece en la primavera y se localiza en el envés de las hojas inferiores de la planta. Causa daños por succión de la savia provocando amarillamiento de las hojas y la reducción de la altura de las plantas cuando las poblaciones son importantes. Y afectan el rendimiento, ya que se reducen los granos por espiga. En estado de macollaje, tienen un umbral de daño de 10 pulgones por planta, 15 a 20 pulgones por planta en encañazón, y 40-50 pulgones por planta en etapa de hoja bandera –espigazón.
Pulgón de la espiga.
El período crítico del cultivo con respecto a esta plaga es durante el llenado de los granos. Generalmente se lo encuentra alimentándose en las raquillas de las espigas. Esto dificulta la llegada de la savia a los granos y en definitiva, disminuye el rendimiento porque los granos se achican. En estados fenológicos anteriores a la espigazón las poblaciones de esta especie no son abundantes. El umbral de daño durante la espigazón y floración es de 5 pulgones/ espiga y en la etapa de grano acuoso, 20 a 30 pulgones/ espiga.
Pulgón de la avena.
Las poblaciones de esta especie se mantienen bajas, por lo que su importancia no radica en los daños directos que produce sino en su capacidad de transmitir virus. Se los ubica en partes aéreas de las plantas o a nivel del suelo y pueden observarse en invierno y primavera.
Pulgón del maíz.
Están presentes en cualquier estado fenológico del trigo. Se ubica en el interior de las hojas que se encuentran emergiendo.
Pulgón de la raíz.
Estos pulgones tienen la particularidad de formar colonias subterráneas en las raíces o en la base de las plantas.
Pulgón ruso.
Pueden atacar al trigo durante todo el ciclo. Se ubican en la parte superior de las plantas principalmente desde fin de macollaje hasta precosecha. La plaga tiene un mayor potencial de daño en primaveras secas. La extracción de savia provoca un enrrollamiento longitudinal en las hojas y la inyección de toxinas con la saliva producen un estriado color púrpura con temperatura baja o estriado blanco con temperatura templada. Infestaciones de esta especie en estado de hoja bandera provocan la producción de espigas vanas o malformadas, y en casos extremos impiden su emergencia. Posterior al estado de grano pastoso, el pulgón ruso no produce más daño.
Pulgón negro de los cereales.
Se encuentran en la parte superior de las hojas basales, en la inserción de las mismas con el tallo. Cuando las poblaciones son elevadas pueden encontrarse en el envés de las hojas y hasta detectarse colonias en hoja bandera. Todavía no se sabe sobre los daños directos que provoca debido a que es una especie de reciente hallazgo en el cultivo.
Enemigos naturales de los pulgones.
Claro que los pulgones no ganan la batalla fácilmente. Ellos también tienen enemigos naturales entre los que están los entomófagos (predadores y parasitoides) y entomopatógenos (hongos) que ejercen fuerte presión en mantener las poblaciones por debajo del umbral de daño. Dentro de los predadores, los más abundantes son: Eriopis connexa, Coleomegilla quadrifasciata, Hippodamia convergens, Coccinella ancoralis, Cycloneda sanguínea, Chrysoperla sp y los dípteros Bacha clavata y Allograpta exótica. Entre los parasitoides, están los microhimenópteros Aphidius colemani, Aphidius ervi, Diaeretiella rapae, Aphellinus asychis y Aphellinus abdominalis. El pulgón amarillo de los cereales y el pulgón de la espiga son parasitados por el hongo Entomophthora aphidis.
Uso de insecticidas.
Antes de aplicar insecticidas hay que contemplar el umbral económico de cada especie y el estado fenológico del cultivo. En general, se recomienda el uso de insecticidas sistémicos. Para las especies cuyas colonias se desarrollan bajo tierra o al momento de la emergencia de las plantas, se recomiendan insecticidas sistémicos aplicados a la semilla.
Fuente: Clarín – Suplemento Rural 10/3 y 02/6 (año 2007).