Pérdidas en el agro ocasionadas por roedores.
Los roedores se caracterizan por su rápido poder de adaptación y multiplicación. En el lapso de un año, una pareja puede dejar más de 30 descendientes. Viven en colonias y hacen sus nidos bajo tierra, en los entretechos o depósitos.
Querer averiguar cuáles son las pérdidas causadas por roedores en la actividad agropecuaria argentina es difícil por la falta de datos precisos. En general los productores no tienen conciencia de lo que pierden. Las últimas dos "ratadas" que causaron importantes daños económicos, ocurrieron en 1944 y 1964. Las densidades de roedores aumentaron considerablemente por una sucesión de años con inviernos secos y veranos lluviosos.
Algunos trabajos demostraron que la acción de los roedores sobre campos sembrados con maíz, provocaba una pérdida de cosecha de 143 kg/Ha. Para todo el cinturón maicero, equivaldría a una pérdida de 40 millones de dólares anuales....sólo con el maíz. Faltan estimaciones a campo para los otros granos, pero se sabe que en sorgo, mijo y alpiste, las pérdidas son importantes, un 10 % aproximadamente.
Uno de los cultivos más afectados es la caña de azúcar donde, comiendo los brotes terminales y volteando las cañas, los roedores producen pérdidas que, en algunos casos, rondan el 20 %. En la Mesopotamia producen daños en los arrozales. En la zona de Cuyo, los "pericotes" producen importantes perjuicios en las vides. En los valles Calchaquíes, la presencia de roedores en las canchas de secado impide la exportación del muy preciado pimentón.
En cuanto al almacenaje de granos, las pérdidas dependen del grado de permeabilidad de los depósitos. Algunas estimaciones señalan que en el caso de los silos bien sellados las mermas son pequeñas (entre 0.004 % y 0.03 %). La plaga se concentra donde se dan los derrames en la carga y descraga de camiones, y en el pozo de la noria. En los galpones o celdas que tienen poca rotación de granos, las pérdidas oscilan entre un 0.2 y 0.4 %, pero pueden superar el 1 % en algunos casos.
También deben tenerse en cuenta las pérdidas provocadas por el deterioro de las instalaciones. El hábito de roer cables de PVC o goma aislante provoca innumerables daños a los circuitos eléctricos. Pueden roer también caños y maderas. Los depósitos en puertos o los galpones del ferrocarril pueden llegar a convertirse en criaderos de roedores que actúan como auténticos reservorios de graves enfermedades (FHA, Hantavirus), ubicados junto a zonas pobladas.
Los roedores, por otra parte, son contaminantes: cada rata, en un año, deposita alrededor de 15.000 bolitas fecales, 6 litros de orina y 300.000 pelos.
En las distintas ramas de la actividad avícola también producen daños. En una granja de gallinas ponedoras, se estima que cada rata se come entre 35 y 50 gr de alimento balanceado por día. En el caso de los pollos parrilleros, una rata puede comer cerca de 200 pollitos BB de cada camada.
By CEA DT
Fuentes:
*Iglesias, Jorge; "Pérdidas en el agro: para dejar de hacerse la rata", Clarín Rural, 06/04/1996.
*Fernández, Gustavo; "Una de Mickey versus las rapaces", Clarín Rural, 04/02/1995.
Ambos artículos están basados en entrevistas con el Dr. Fernando Kravetz, de la Cátedra de Ecología de Roedores de la UBA.